miércoles, 7 de julio de 2010

Club Rex S.A.


Me acuerdo que cuando chico estuve en un club aficionado a los dinosaurios. Fuera de leseo, estoy abriendo mi intimidad y quiero respeto. El club se llamaba Club Rex, y consistia en 4 honorables y cultos cabros a los que le gustaban los dinosaurios... y eso. También se trataba de armar dinos con plasticina, de lo que estaba a cargo uno de los integrantes, y a la vez fundador del club, que sabía del tema. El loco se manejaba maestramente con la masilla, hay que admitirlo. En fin, el club duró una sesión, que yo recuerde. Pero aun me acuerdo con cariño de ese momento, uno porque es el único club donde he estado en la vida, aunque hubiera sido por un día (aunque en el corazón será para siempre...), y porque siento que los dinosaurios forman parte de la infancia de cada cabro. Y es que, ¿a quién no le gustaron los dinosaurios cuando chico? ¿Quién no se sintió maravillado cuando vio Llurasic Parc por primera vez y tuvo juguetitos y se creia velociraptor por la sala de clases? (omitan lo último)

Creo que nunca me dejaran de interesar los dinos, aunque sea un poquito. No podría botar ese pequeño y estafadoramente caro dinosaurio que compré en el carrito que se ponía afuera de mi colegio cuando estaba en la básica. No podría. Porque, varones, no pueden negar que todos fuimos un poco nerds cuando pequeñuelos, está en nuestro adn, crecimos con eso. Después cada uno se fue para distintos lados, unos más tops, otros más deportistas, otros más mateos y otros simplemente más ñoños, pero todos empezamos en lo mismo.

Tengo que decir que esto creo que es más de nuestra época (yo nací el 88, saquen ustedes la cuenta). Creo, no tengo hijos ni amigos de 9 años para analizar la situación actual, pero con tanta tecnología, tantos videojuegos y tanto internet, los dinosaurios son como cosa del pasado, como algo que hubiera muerto en los noventa. Pero de nuevo, es solo mi opinión ciega y desinformada. Quizás faltan más dinosaurios en la actualidad para que la imaginación de nuestros chiquillos no sea consumida totalmente por la última consola de nintendo o play. O tal vez sólo sea necesario sacarlos de la tele, cortarles la luz un rato, darles un charchazo si es necesario y tirarlos a la calle a jugar con piedras y palos con sus amigos como debiera ser. Pero bueno, esa es sólo mi humilde y egolatra opinión.

El autor.

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