Esta es una de esas películas que siempre ví en mi infancia. Fue también una de las primeras que grabé de la tele, creo que la segunda, después de La Llave Mágica. Coincidentemente mi señora amada también resultó amar esta película. Y es que tiene de todo, y justo lo que a ambos nos gusta: a mi una buena comedia, y a mi señora las monjas, esposas de don dios. No, no estoy hablando de película de la vida de Santa Teresita, sino del famoso hit de Whoopi Goldberg, Cambio de Hábito.
Este clásico de Cine en su casa, noventero a más no poder, tenía como historia la de Deloris Van Cartier, una cantante de cabaret de raza negra (o de color) que resulta ser testigo de un asesinato, asesinato cometido por su novio, que resulta ser que es, aparte de el genial Harvey Keitel, un mafioso muy peligrosillo. Arrancando de su pinche, Deloris acude a la policia, y ésta, en un destello de brillantez absoluta, la manda a un convento encubierta de monja mientras se solucione todo. Lo lógico. Así, Deloris se transforma en la hermana Mary Clarence. Pero esta no es una monja cualquiera señores, no. Recuerdan que era una mujer de pecado, cabaretera y negra? Y que es Whoopi Goldberg?? Con esa combinación no podría pasar desapercibida en un convento conservador, más aun con una madre superiora tan estricta y probablemente de derecha (no digo de ultraderecha porque al final se hace buena). La hermana Mary Clarence entonces empieza a revolucionar a las demás monjas, haciendolas bailar, ser felices y enseñandoles a cantar las fomes canciones de iglesia en versiones más movidas, que llenan el genial soundtrack de la película.
La película de ahí es pura risa y diversión. Es muy difícil que ver monjas saltando cuerdas y cantando canciones tan buenas no sea entretenido en realidad. Y Whoopi Goldberg se roba cada escena, compitiendo con Sandra Bullock por quien es más simpática (y eso que aun no hago la reseña de Miss Simpatía, ojo).
Si no la ha visto (¿acaso no vio tele en su infancia?) búsquela inmediatamente y veala con su familia y monjas amigas. Un verdadero clásico no debe pasar sin ser visto por todos, con unos temas increíbles. Además es profunda y deja a uno pensando. En realidad no. Pero tiene monjas bailando y en un casino! Qué más puede uno pedir?
El autor.
Este clásico de Cine en su casa, noventero a más no poder, tenía como historia la de Deloris Van Cartier, una cantante de cabaret de raza negra (o de color) que resulta ser testigo de un asesinato, asesinato cometido por su novio, que resulta ser que es, aparte de el genial Harvey Keitel, un mafioso muy peligrosillo. Arrancando de su pinche, Deloris acude a la policia, y ésta, en un destello de brillantez absoluta, la manda a un convento encubierta de monja mientras se solucione todo. Lo lógico. Así, Deloris se transforma en la hermana Mary Clarence. Pero esta no es una monja cualquiera señores, no. Recuerdan que era una mujer de pecado, cabaretera y negra? Y que es Whoopi Goldberg?? Con esa combinación no podría pasar desapercibida en un convento conservador, más aun con una madre superiora tan estricta y probablemente de derecha (no digo de ultraderecha porque al final se hace buena). La hermana Mary Clarence entonces empieza a revolucionar a las demás monjas, haciendolas bailar, ser felices y enseñandoles a cantar las fomes canciones de iglesia en versiones más movidas, que llenan el genial soundtrack de la película.
La película de ahí es pura risa y diversión. Es muy difícil que ver monjas saltando cuerdas y cantando canciones tan buenas no sea entretenido en realidad. Y Whoopi Goldberg se roba cada escena, compitiendo con Sandra Bullock por quien es más simpática (y eso que aun no hago la reseña de Miss Simpatía, ojo).
Si no la ha visto (¿acaso no vio tele en su infancia?) búsquela inmediatamente y veala con su familia y monjas amigas. Un verdadero clásico no debe pasar sin ser visto por todos, con unos temas increíbles. Además es profunda y deja a uno pensando. En realidad no. Pero tiene monjas bailando y en un casino! Qué más puede uno pedir?
El autor.
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