El mundo parece estar nublado por el cinismo y la hipocresía, la mentira y la desigualdad. Lo peor es que muchos parecen dejarse llevar por eso, dormirse en los laureles y, simplemente, aceptarlo. Estamos rodeados de gobiernos confusos y falsos, de noticias de desastres que sólo dejan depresión, y mucha gente que no tiene idea de nada. Pero hubo un hombre que le hizo frente a esto, a una situación ya inaguantable, que gritó y rabió hasta más no poder para tratar de sacar de la laguna mental a las almas de quien lo escuchara, siempre junto a un cigarro y una honestidad incomparable. Y el hombre se hizo inmortal y se transformó en leyenda. Su nombre, Bill Hicks.
Lo de Bill no era simplemente comedia, era mucho más que eso. Eran ideas en su más puro formato. Contestatario, agudo y atacante, el poeta oscuro exponía lo que pensaba con euforia, furioso. La comedia era sólo un medio, una herramienta. Pasando por los cristianos, siguiendo por la publicidad, los americanos ignorantes, la sexualidad, la música, hasta por el mismo gobierno, su humor parecía no dejar ningún pilar tranquilo. Él, como dijo en una entrevista alguna vez, no tenía límites, y no tenía por qué tenerlos tampoco. Si les gustaba bien, sino bien igual. Él no cambiaría nunca su punto de vista ni su visión, jamás lo hizo. Y en un mundo como en el que vivimos, eso es bastante valioso.
Gritón y bullicioso, Hicks lanzaba llamaradas de pasión al público. Su espectáculo era mítico, épico y lleno de energía, y la franqueza con que decía todo era majestuosa, comparable a Lenny Bruce, George Carlin o Doug Stanhope actualmente. Bill hizo escuela. Todo eso sin contar lo extremadamente gracioso y chispeante que era. De los grandes.
El verdadero héroe americano, el poeta oscuro y comediante forajido nos dejó el 1994, cuando el destino, quizás queriendo que despertaramos nosotros mismos y Bill no nos contara toda la verdad de la vida, le envió un cáncer al páncreas. Tenía sólo 32 años.
Recuerdo cuando conocí su comedia hace un par de años, cuando Bush estaba a cargo de Gringolandia y la "guerra" en Irak estaba en su climax, y pensé, ¿este tipo es un comediante nuevo? Y es que sus palabras están tan vigentes, tan universales y tan contingentes como cuando fueron dichas por primera vez, que resulta imposible no ponerse a reflexionar cuando se le escucha y de a poco despertar de este sueño falso en el que el mundo nos ha metido. Y eso es lo que debe haber querido el viejo Bill. Después de todo, no cuesta nada elegir como queremos vivir, es tan sólo un paso. Como él acostumbraba a decir, "It's just a ride"...
El autor.
PD: No se pierdan el próximo jueves otra nueva Gloria del Stand Up! (si quiere). Les dejo a continuación una de las más grandes reflexiones jamás hechas, y después el trailer del documental American: The Bill Hicks Story, próximo a estrenarse.
El autor (otra vez).
Gritón y bullicioso, Hicks lanzaba llamaradas de pasión al público. Su espectáculo era mítico, épico y lleno de energía, y la franqueza con que decía todo era majestuosa, comparable a Lenny Bruce, George Carlin o Doug Stanhope actualmente. Bill hizo escuela. Todo eso sin contar lo extremadamente gracioso y chispeante que era. De los grandes.
El verdadero héroe americano, el poeta oscuro y comediante forajido nos dejó el 1994, cuando el destino, quizás queriendo que despertaramos nosotros mismos y Bill no nos contara toda la verdad de la vida, le envió un cáncer al páncreas. Tenía sólo 32 años.
Recuerdo cuando conocí su comedia hace un par de años, cuando Bush estaba a cargo de Gringolandia y la "guerra" en Irak estaba en su climax, y pensé, ¿este tipo es un comediante nuevo? Y es que sus palabras están tan vigentes, tan universales y tan contingentes como cuando fueron dichas por primera vez, que resulta imposible no ponerse a reflexionar cuando se le escucha y de a poco despertar de este sueño falso en el que el mundo nos ha metido. Y eso es lo que debe haber querido el viejo Bill. Después de todo, no cuesta nada elegir como queremos vivir, es tan sólo un paso. Como él acostumbraba a decir, "It's just a ride"...
El autor.
PD: No se pierdan el próximo jueves otra nueva Gloria del Stand Up! (si quiere). Les dejo a continuación una de las más grandes reflexiones jamás hechas, y después el trailer del documental American: The Bill Hicks Story, próximo a estrenarse.
El autor (otra vez).
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